Tuesday, October 31, 2006
3 - ¿No decías que estabas gravísimo?
Jesús Urteaga en su libro "Ahora comienzo" pp. 206-207 recoge una anécdota sobre la sinceridad del "Diccionario ilustrado de anécdotas" de V. Vega:
Es conocida la anécdota del famoso pianista y compositor español, Isaac Albéniz; éste se había casado muy joven. Se encontraba en París cuando envió a su esposa, que estaba en España, un telegrama en el que decía escuetamente:
-Ven pronto: estoy gravísimo.
Recibir la noticia y ponerse en camino fue todo uno. Cuando la mujer llegó a la estación de la capital francesa, se encontró con su marido rebosante de salud y felicidad, fumándose un soberbio puro.
Del susto pasó a la indignación.
-Pero, ¿no estabas enfermo? ¿No decías que estabas gravísimo? -le dijo su mujer.
-Sí -contestó Albéniz-: gravísimo. Estaba empezando a enamorarme.