Sunday, December 03, 2006

 

15 - No más servir a señor que se pudiera morir

Julio Eugui en su libro “Anécdotas y virtudes, n. 318 incluye una conocida anécdota:




"Mayo 1.539. Había muerto en Toledo la hasta hacía poco Emperatriz Isabel de Portugal, esposa de Carlos V. Admiración por la Reina. Quien haya visto en el Museo del Prado el retrato que Tiziano hizo de la emperatriz Isabel, no podrá menos de reconocer que pocas mujeres la superaron en belleza. Era, además, cortés y afable, amable con los cortesanos, por lo que no es de extrañar que todos la admirasen. Francisco de Borja no podía sustraerse a la admiración por la reina.

Su cuerpo es llevado a través de España hasta el sepulcro de Granada, en la Capilla de la Catedral. Francisco de Borja, marqués de Lombay, hijo del duque de Gandía y de Juana de Aragón, uno de los servidores más queridos de la difunta Emperatriz, alcanzó el honor de ser designado para identificar los restos.

Era de la familia Borja (Borgia), que había dado los Papas Calixto II y Alejandro VI, y los hijos de éste, César y Lucrecia. Fue cuarto duque de Gandía desde 1543, hijo de Juan de Borja, el tercer duque. Era gran jinete, mucha afición a la caza. Sirve en la corte de Carlos V y su esposa doña Isabel de Portugal. En 1529 se casaba con doña Leonor de Castro, tuvo cinco hijos, y en 1546 murió su mujer. Carlos I le hizo marqués de Lombay, que antes era baronía.

El 17 de Mayo de 1539 llegaron a Granada. Cuando se abrió el féretro en la capilla de los Reyes Católicos, un hedor espantoso hizo retroceder al noble cortejo. Francisco de Borja contempló espantado los estragos que la putrefacción habían hecho en el rostro tan bello de la emperatriz y que él, como tantos otros, había constantemente admirado. Pero los caballeros hubieron de jurar con la mano en el puño de la espada que aquello "era el real cadáver de doña Isabel de Portugal, Emperatriz de Alemania, esposa del magnífico, poderoso y católico Rey Don Carlos nuestro Señor".

El arzobispo se extrañó del silencio de don Francisco de Borja:

-¿No juráis?

El marqués miraba la carne corrompida, bajo las vestiduras reales, deslumbrantes de oro.

-Sólo puedo decir esto: he traído el cuerpo de nuestra Señora en rigurosa custodia desde Toledo a Granada. Pero jurar que es ella misma, cuya belleza tanto admiraba ..., no me atrevo.

Insistió el obispo:

-Pero, finalmente, ¿reconocéis a vuestra Reina y señora?

Francisco puso la mano derecha sobre la cruz de Santiago, que resaltaba roja sobre su capa blanca, y con la izquierda volvió a cubrir con el velo fúnebre al imperial cadáver.

-Sí, lo juro. Pero también no más servir a señor que se me pueda morir.

Virrey de Cataluña. A la muerte de su esposa, ocurrida poco después, el duque renuncia a sus títulos, honores y fortuna y entra en la Compañía de Jesús". Más tarde fue nombrado tercer Prepósito General. Muere en Roma el 30.IX.1572, a los sesenta y dos años de edad. Canonizado en 1671. Fiesta el 10 de Octubre.







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