Saturday, January 27, 2007
42 - De tal modo me conmovió, que comencé a ayudarles
Juan Antonio Vallejo-Nájera y José Luis Olaizola en “La puerta de la esperanza”; p. 214:
-Vamos por partes- me vuelve a repetir; lo que yo saco de la pintura lo dedico a una institución de subnormales.
Y se dispone a cambiar de tema.
-¿Cómo es eso? – le pregunto yo, presto a tirarle de la lengua.
Después de un tira y afloja me cuenta:
-Un día me trajeron a la consulta un niño descerebrado y por eso me enteré de la existencia de una institución (don Orione) que se ocupa de niños que no llegarán a tener la inteligencia de un loro o de un perro y que, encima, muerden y se defecan.
Cuando le pregunté al fraile que me lo trajo que por qué se hacían cargo de seres tan sin esperanza de curación, me contestó lacónicamente:
-Es que Jesucristo nos los deja a la puerta.
De tal modo me conmovió, que comencé a ayudarles.