Friday, March 02, 2007
52 - Rosenstrasse: las esposas de los judíos
Rosenstrasse: la oposición a Hitler de las esposas de los judíos.
(Julio Montero, en La Gaceta de los Negocios, 27 febrero 2007)
(Julio Montero, en La Gaceta de los Negocios, 27 febrero 2007)
Las protestas de la población alemana contra el régimen nazi fueron escasas. Cuando las autoridades norteamericanas entraron en la Segunda Guerra Mundial, se plantearon enseguida la definición del enemigo. Al llegar el turno a Alemania establecieron una diferencia que respondía más a necesidades propias que a la percepción que tenía la población norteamericana.
Y la propaganda estableció que no era igual ser alemán que ser nazi. La guerra era contra estos últimos, no contra los primeros. La verdad es que la población de origen germano en Estados Unidos era numerosa e importante: es decir, constituían un mercado de votos no despreciable.
Pero sí hubo algunas resistencias. Las protestas de la Rosenstrasse tuvieron lugar en 1943, en pleno periodo del Holocausto.
Los nazis quisieron hacer la última redada contra los judíos todavía residentes en Berlín. Los familiares, especialmente las esposas no judías, de los afectados se opusieron públicamente.
Es fácil entender la valentía personal que exigía esta decisión. Fue una protesta pacífica que impidió a Goebbels, que era el jefe supremo de Berlín por delegación del propio Hitler, una represión dura y sangrienta: no se iba a poner a disparar contra tan numeroso grupo de personas, especialmente mujeres, silenciosas y casi en cola. Ni él podía hacerlo.
Para mayor abundamiento no hubo modo de probar ningún tipo de conspiración. Pero durante una semana la marea creció y creció hasta llegar a las seis mil personas. Nunca todos a la vez.
Lo mejor fueron los resultados. Los judíos detenidos y preparados para enviar a los trenes de la muerte fueron devueltos a sus hogares. Incluso el primer grupo de veinticinco que estaba ya en un campo volvió a Berlín. La mayor parte de ellos logró sobrevivir hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
No es frecuente la valentía de tanta gente a la vez mostrada de manera pública. En la actualidad no existe la calle en cuestión. En memoria de este hecho se erigió un monumento en un parque cercano a la zona, el Bloque de las mujeres. En él puede leerse: “la fuerza de la desobediencia civil, el vigor del amor pasaron por encima de la violencia de la dictadura”.