Friday, April 27, 2007
98 - No debe ser aquí
José de Orueta en “Memorias de un bilbaino (1870-1900), pp. 202-203 recoge unos recuerdos de Pacho Gaminde, hombre socarrón y jatorra, pero a veces profundo:
Cuando nos contaba sus sueños y sus cuentos, se sonreía, porque de ordinario eran críticas de cosas finamente hechas, pero siempre con esa claridad y sencillez de parábola evangélica y esa forma bilbaína, que eran su mayor encanto.
De uno recuerdo, memorable del todo. Nos dijo que habla tenido un sueño y quería recordarlo. Soñó que Dios quiso de nuevo bajar al mundo, para dar una vuelta y ver de cerca cómo andaban aquí las cosas. Salió del cielo y cayó en Inglaterra. Paseó, lo vió todo y, satisfecho, no pudo menos de decir: -Estos ingleses son protestantesitos, pero desentes; y, ¡qué bien tienen arreglado todo! ...
Pasó a Francia, recorrió todo lo que quiso y también le gustó, diciendo: -Estos franchutes, saben vivir, tienen esta parte del mundo monísima y bien arreglada, y ellos son alegres y muy serviciales y amables... Habrá que perdonarles ese poco de cancán que les divierte...
Acabada de ver Francia, se le ocurrió: -Pues ahora, ya que estoy cerca, voy a ver España, ese pueblo en que dicen que yo reinaré. En efecto-, se metió en el tren y bajó en Irún. Apenas puesto el pie en la estación, un maletero, con un baúl, le tropieza, y otro tropieza con el primero, lanzando los dos, a gritos, dos tremendas blasfemias contra su santo nombre. -No debe ser aquí, dijo, y dando media vuelta se marchó, sin querer ver más en aquel viaje.
Hay todo un mundo de reflexiones en este sencillo cuento de Pancho, que como otros suyos, no eran simples chirenadas.
De uno recuerdo, memorable del todo. Nos dijo que habla tenido un sueño y quería recordarlo. Soñó que Dios quiso de nuevo bajar al mundo, para dar una vuelta y ver de cerca cómo andaban aquí las cosas. Salió del cielo y cayó en Inglaterra. Paseó, lo vió todo y, satisfecho, no pudo menos de decir: -Estos ingleses son protestantesitos, pero desentes; y, ¡qué bien tienen arreglado todo! ...
Pasó a Francia, recorrió todo lo que quiso y también le gustó, diciendo: -Estos franchutes, saben vivir, tienen esta parte del mundo monísima y bien arreglada, y ellos son alegres y muy serviciales y amables... Habrá que perdonarles ese poco de cancán que les divierte...
Acabada de ver Francia, se le ocurrió: -Pues ahora, ya que estoy cerca, voy a ver España, ese pueblo en que dicen que yo reinaré. En efecto-, se metió en el tren y bajó en Irún. Apenas puesto el pie en la estación, un maletero, con un baúl, le tropieza, y otro tropieza con el primero, lanzando los dos, a gritos, dos tremendas blasfemias contra su santo nombre. -No debe ser aquí, dijo, y dando media vuelta se marchó, sin querer ver más en aquel viaje.
Hay todo un mundo de reflexiones en este sencillo cuento de Pancho, que como otros suyos, no eran simples chirenadas.