Saturday, June 16, 2007

 

127 - Va a ver a su novia

Cormac McCarthy cuenta en “Todos los hermosos caballos”, p. 209:




En una estación de cruce, al otro lado de Paredón, recogieron a cinco mozos de labranza que treparon a la plataforma del camión, saludaron con la cabeza y le hablaron con gran circunspección y cortesía. Estaba casi oscuro, lloviznaba y estaban mojados y sus caras húmedas a la luz amarilla de la estación. Se apiñaron delante del motor encadenado y él les ofreció cigarrillos; todos le dieron las gracias y cogieron uno y ahuecaron las manos sobre la pequeña llama bajo la lluvia y le dieron las gracias otra vez.

-¿De dónde viene?, le preguntaron.

-De Texas.

-Texas, dijeron. ¿Y adónde va?

Chupó el cigarrillo y miró sus caras. Uno de ellos, mayor que el resto, indicó su ropa nueva y barata.

-Va a ver a su novia, dijo.

Le miraron con seriedad y él asintió y dijo que era cierto.

Ah, exclamaron, qué bueno.

Y después y durante mucho tiempo tendría motivos para evocar el recuerdo de aquellas sonrisas

-y reflexionar sobre la buena voluntad que las provocaba,
-porque tenía poder para proteger
-y conferir honor
-y fortalecer la determinación
-y tenía poder para curar a los hombres
-y conducirles a la seguridad mucho después de haber agotado todos los demás recursos.








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