Wednesday, July 04, 2007
142 - La religión es dinamita
Frank Capra cuenta en su autobiografía “Frank Capra. El nombre delante del título”, pp. 168-169: (Esta anécdota se podría fechar hacia el año 1931, cuando estrena "Dirigible".)
Mi siguiente película trataría de la idea más controvertida en la que podía pensar ..., ¡la religión! Le pedí a Harry Cohn que me comprara “Bless You Sister”, una obra de teatro satírica inspirada en Aimee Semple McPherson y escrita por Robert Riskin, el más brillante de los “jóvenes turcos” que Cohn había importado de Nueva York.
Mi siguiente película trataría de la idea más controvertida en la que podía pensar ..., ¡la religión! Le pedí a Harry Cohn que me comprara “Bless You Sister”, una obra de teatro satírica inspirada en Aimee Semple McPherson y escrita por Robert Riskin, el más brillante de los “jóvenes turcos” que Cohn había importado de Nueva York.
-Frank, estás loco. ¡La religión es dinamita!
-Harry, "The Miracle Man" fue dinamita en taquilla. Podemos llamar a la nuestra "The Miracle Woman". Perfecto para Stanwyck.
-Pero no puedes jugar con la religión. Los cristianos te crucificarán. Piensa durante otro día en ello.
-No jugaré con la religión, Harry. He pensado muchas veces en hacerme sacerdote.
-Bien, ¿por qué no lo hiciste? –me hundió con aquella pregunta.
-Está bien. Pensaré en ello.
De pequeño había empezado a equiparar religión con superstición campesina. En nuestro vecindario sólo los pobres iban a la iglesia a confesar sus pecados. ¿Por qué? ¿Acaso la pobreza era el gran pecado? Sea como sea, aquello no iba para mí. En el Caltech (Instituto Tecnológico de California) encontré una nueva causa: la ciencia. La belleza, la claridad, la lógica con la que Galileo y Newton formularon sus brillantes leyes de la masa y el movimiento eran todo lo que un hombre necesitaba en su búsqueda de la verdad. Además, conocí a una rubia platino que cantaba en un coro presbiteriano. Así que domingo tras domingo, en vez de ir a misa, cantaba y le cogía las manos a mi rubia ..., excepto en las misas de Navidad y Pascua.
Esos dos días me deslizaba en la iglesia católica para arrodillarme; para oler el incienso, oír cantar a los ángeles, y verme elevado por encima de mis zapatos por la pasión y resurrección de Cristo. Puede que te ocurra tan sólo una vez en un centenar de misas ..., pero ocurre. Regresar de la comunión con la hostia sobre tu lengua ..., un ser insignificante. Te arrodillas, dejas caer la cabeza entre tus manos. Lentamente la maravilla de todo aquello te llena de alegría ..., ¡la hostia que se disuelve en tu boca es la carne de Cristo! El sacerdote, la iglesia, todas las cabezas inclinadas a tu alrededor, desaparecen. No oyes nada, no ves nada, no sientes nada. Tu mente se vacía de todo pensamiento, tu cuerpo es todo sustancia. Eres un espíritu inundado por una gloriosa Luz. Y de toda esta gloria brota una palabra que atraviesa tu espíritu: “¡Valor!” ¡Has atisbado la Eternidad! La Luz desaparece. Los pensamientos vuelven a formarse en tu mente; la sustancia regresa a tu cuerpo; las cabezas inclinadas a tu alrededor se materializan. Oyes al sacerdote decir: “Id en paz. La misa ha terminado”. Te marchas lleno con la urgencia de gritarle a todo el mundo: “¡Valor! ¡Valor!” La urgencia hace que se pierdan otras urgencias más terrenales. Vuelves a tus matemáticas y a tu rubia. El hombre no es un simple animal.
Telefoneé a Cohn.
-Cómpreme "Bless You Sister" –fue mi veredicto. Lo hizo.