Sunday, July 08, 2007
149 - Ya estamos al día
Jerónimo José Martín recoge esta anécdota cuando se cumplían los cien años del cine:
Quizá el mejor libro sobre John Ford es el que escribió Peter Bogdanovich, una de las pocas personas que pudo entrevistar al genial “irlandés loco y gruñón”, como le llamaba Howard Hawks. En él cuenta una famosa anécdota, que ilustra muy bien la fuerte personalidad de John Ford.
Quizá el mejor libro sobre John Ford es el que escribió Peter Bogdanovich, una de las pocas personas que pudo entrevistar al genial “irlandés loco y gruñón”, como le llamaba Howard Hawks. En él cuenta una famosa anécdota, que ilustra muy bien la fuerte personalidad de John Ford.
Durante el rodaje de una de sus películas mudas, cierto productor inexperto recriminó a John Ford por llevar el rodaje retrasado varios días. Ford le miró circunspecto, y le preguntó que a cuántas páginas de guión equivalía ese retraso.
-Quince o veinte, le contestó el incauto productor.
John Ford cogió entonces el texto del guión, contó parsimoniosamente las quince o veinte páginas de retraso, las arrancó, las rompió y dijo al asombrado director:
-Ya estamos al día.
Joseph McBRIDE, autor de una reciente biografía sobre John Ford, recoge esta anécdota en dos ocasiones distintas (pp. 280 y 726):
Quizá la más famosa de todas las historias protagonizadas por Ford es la de un incidente durante el rodaje de "La mascota del regimiento" (1937).
El director de fotografía, Arthur C. Miller, dejó constancia del mismo en sus memorias “para esclarecer cualquier duda de lo que ocurrió realmente”.
Según recordaba, “uno de los aspirantes a ejecutivo de la oficina de producción se presentó en el rodaje. Esas apariciones eran tan poco habitual, a menos que fueran concertadas, que a Ford le llamó la atención y le hizo señas al ejecutivo para que se le acercara. Ford estaba sentado en su silla, con el guión en las rodillas.
Cuando el ejecutivo estuvo a su lado, Ford le preguntó cuál era el problema. El hombre le explicó que había tenido una reunión de producción y habían llegado a la conclusión de que la película llevaba cuatro días de retraso con respecto al plan de rodaje.
Sin cambiar de expresión, Ford se le quedó mirando fijamente durante unos segundos, abrió el guión con indiferencia, arrancó cuatro páginas, se las entregó al tipo, que se quedó pasmado, y le dijo:
-Ya no llevamos retraso. Y ahora, lárgate.
(Ford haciendo la película Siete mujeres (1966):
En realidad, a Ford le encantó el trabajo de los guionistas, pero aún seguía ejerciendo su habitual droit de seigneur sobre el guión, aunque sólo fuera para impresionarles.
Como recordó Anna Lee: “Cogía el guión, leía una escena, luego lo rompía y decía: De acuerdo, ahora, ¿qué es lo que te gustaría hacer? Te daba tus frases pero nunca las escribía.
Una mañana, Bernie Smith se presentó en el plató con cara de preocupación y dijo: “Señor Ford, llevamos unos dos días de retraso”. Sin ni siquiera mirarle, Ford contestó: “Oh, eso tiene fácil solución, Bernie”. Arrancó varias páginas del guión y dijo: “Ahora ya no llevamos ningún retraso”.