Friday, July 13, 2007

 

164 - Es su padre y le quiere

Contaba un autor en el año 1986 una experiencia que había tenido:




El párroco de una iglesia de una pequeña ciudad me contó una anécdota que él usaba para explicar a los niños cómo cuando alguien cometía un pecado, ofendía sobre todo a Dios, más que ofender a éste o a aquél.

La anécdota era la siguiente:

Este párroco, de niño, cuando se enfadaba con la gente tenía la manía de pisarles la sombra, como para molestar a esa persona con la que se había enfadado.

Un día, jugando con su hermana, pisó la sombra de un hombre que iba por la calle, y éste se molestó y le pegó varias veces. Él, al llegar a casa, no dijo nada, pero su hermana llorando lo contó todo. Su padre y su tío, que vivía con ellos, cuando se enteraron que le habían pegado, se enfadaron muchísimo y querían salir a por el que le había dado la paliza.

La enseñanza es que aquella persona que le había pegado a él, no sólo le había ofendido a él, sino también a su padre y a su tío, porque ellos le querían. Lo mismo sucede cuando ofendemos a una persona, ofendemos sobre todo a Dios, que es su padre, y que les quiere. También cuando el pecado que cometemos, sin hacer daño a nadie, nos hace daño a nosotros mismos, le hacemos daño a Dios que nos quiere incluso más que nosotros mismos a nosotros mismos.









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