Thursday, August 16, 2007
192 - No admitimos judíos en este lugar
Ronald Reagan narra en sus memorias “Una vida americana”, p. 32, lo que le sucedió a su padre (que era católico) en un viaje:
Una vez mi padre se registró en un hotel, durante un viaje vendiendo zapatos, y un empleado le dijo:
-Le gustará esto, Mr. Reagan. No admitimos judíos en este lugar.
Mi padre, que nos contó la anécdota más tarde, dijo que había mirado al empleado furioso, había recogido sus maletas y se había ido.
-Soy católico –le contestó-. Si han llegado al punto de no admitir judíos, entonces algún día tampoco me admitirán a mí.
Como era el único hotel en el pueblo, tuvo que pasar la noche en su coche bajo una ventisca infernal y creo que esto pudo haberle llevado a su primer ataque al corazón.
Esta anécdota muestra de modo práctico y al alcance de todo el mundo, lo que es luchar contra las injusticias, no siendo cómplice de ellas: en el caso de esta anécdota la injusticia de la segregación racial que existía en los Estados Unidos.
Una vez mi padre se registró en un hotel, durante un viaje vendiendo zapatos, y un empleado le dijo:
-Le gustará esto, Mr. Reagan. No admitimos judíos en este lugar.
Mi padre, que nos contó la anécdota más tarde, dijo que había mirado al empleado furioso, había recogido sus maletas y se había ido.
-Soy católico –le contestó-. Si han llegado al punto de no admitir judíos, entonces algún día tampoco me admitirán a mí.
Como era el único hotel en el pueblo, tuvo que pasar la noche en su coche bajo una ventisca infernal y creo que esto pudo haberle llevado a su primer ataque al corazón.
Esta anécdota muestra de modo práctico y al alcance de todo el mundo, lo que es luchar contra las injusticias, no siendo cómplice de ellas: en el caso de esta anécdota la injusticia de la segregación racial que existía en los Estados Unidos.