Tuesday, August 07, 2007
183 - Cuánta gente me conoce y me saluda
Agustín Filgueiras narra en un folleto la siguiente anécdota:
Un sacerdote sacó el carnet de conducir, después de varios intentos, cuando ya tenía casi setenta años. Conducía fatalmente. Le tocaban el claxon los que iban detrás, los que venían de frente y hasta los que salían por los lados.
Y él, optimista hasta la médula, comentaba con el valiente y arriesgado compañero de viaje:
-¡Hay que ver cuánta gente me conoce y me saluda!
-¡Pero yo, cuando voy conduciendo, no saludo a nadie!
Un sacerdote sacó el carnet de conducir, después de varios intentos, cuando ya tenía casi setenta años. Conducía fatalmente. Le tocaban el claxon los que iban detrás, los que venían de frente y hasta los que salían por los lados.
Y él, optimista hasta la médula, comentaba con el valiente y arriesgado compañero de viaje:
-¡Hay que ver cuánta gente me conoce y me saluda!
-¡Pero yo, cuando voy conduciendo, no saludo a nadie!