Tuesday, October 16, 2007
250 - El hombre que no sabía esperar
Una historia china narrada en Willi Hoffsümmer, “Kurzgescichten” I, 7:
Un hombre había preparado, arado y sembrado muy bien su pequeño campo. Se extrañó mucho después de varias semanas, de que las semillas fueran brotando tan lentamente. En el campo de su vecino, sin embargo, vio que ya había un crecimiento fuerte y verde.
Día a día su paciencia fue haciéndose más pequeña. A causa de la preocupación no podía dormir. Finalmente tuvo una idea descabellada.
Fue a su parcela y empezó a estirar un poco hacia arriba los pequeños y tiernos tallos. Esto supuso, por supuesto, un enorme trabajo. Pero al final consiguió acabarlo.
De camino se encontró con su vecino y le contó cómo había ayudado a sus brotes de trigo a crecer. Llenos de curiosidad, volvieron a la parcela y vieron todo destruido y marchitado.
Y durante mucho tiempo se estuvieron riendo en la aldea de aquel hombre que no sabía esperar.
Un hombre había preparado, arado y sembrado muy bien su pequeño campo. Se extrañó mucho después de varias semanas, de que las semillas fueran brotando tan lentamente. En el campo de su vecino, sin embargo, vio que ya había un crecimiento fuerte y verde.
Día a día su paciencia fue haciéndose más pequeña. A causa de la preocupación no podía dormir. Finalmente tuvo una idea descabellada.
Fue a su parcela y empezó a estirar un poco hacia arriba los pequeños y tiernos tallos. Esto supuso, por supuesto, un enorme trabajo. Pero al final consiguió acabarlo.
De camino se encontró con su vecino y le contó cómo había ayudado a sus brotes de trigo a crecer. Llenos de curiosidad, volvieron a la parcela y vieron todo destruido y marchitado.
Y durante mucho tiempo se estuvieron riendo en la aldea de aquel hombre que no sabía esperar.